Los primeros 100 días de la Comisión de Ursula von der Leyen se planteaban desde diciembre como los 3 meses para encumbrar al nuevo gabinete hacia el éxito. Sin embargo, la realidad ha sido un tanto distinta.
Para muchos, la comisión ha visto sus intenciones desdibujadas por asuntos tan urgentes, como impredecibles, véase el Coronavirus o la crisis en la frontera greco-turca. Para los críticos, los resultados no han sido buenos, pero es lo lógico al encontrarnos en un panorama parlamentario totalmente opuesto al de la pasada etapa. El parlamento que sale de las urnas el pasado 2019 es un parlamento que refleja a la perfección la diversidad de la ciudadanía europea, y que requiere más que nunca consenso, tras haber acabado con la hegemonía de los grandes partidos históricos.
Pese a las dificultades y las debilidades, que también aparecen porque von der Leyen ha introducido un liderazgo basado en el diálogo y la colegialidad, la Comisión en estos 100 días ha conseguido sacar adelante gran parte de lo prometido. La estrategia contra el cáncer; el desafío de la Inteligencia Artificial y la seguridad, abriendo a la UE a un nuevo mundo con medidas como la regulación del reconocimiento facial; la creación de una estrategia UE-África, como eje fundamental de la razón de ser de la comisión, que nace, recordemos, con el factor diferenciador de ser la primera “comisión geopolítica”; o el EU Green Deal.
Estos son unos pocos ejemplos de la labor que se ha llevado a cabo hasta ahora, pero no todo queda en 100 días. Por delante queda mandato. Lo que sí se ha conseguido hasta ahora es dar luz verde a la Ley Climática Europea y el Pacto por el Clima que ya está disponible en los canales de información de la Comisión Europea para consulta pública. Con estas iniciativas se pretende dar voz a los agentes sociales involucrados y ciudadanos en la transición hacia ese ambicioso plan de “cero emisiones netas de CO2 para 2050”. La Ley fija legalmente el 2050 como fecha límite para descarbonizar la economía de la UE.
Días después la Comisión aprobaba también la nueva #EUIndustrialStrategy, una estrategia que establece las principales disposiciones para la transformación industrial de Europa. Entre ellas: la creación de un plan de Acción de Propiedad Intelectual, la aprobación de medidas para descarbonizar las industrias, y la puesta en marcha de una nueva estrategia farmacéutica de la UE.
Pero llegó el Coronavirus, y por ahora -y hasta nuevo aviso- el mayor reto en las agendas de la #vdLCommission es la lucha contra el Covid-19. Para el sector crítico de la UE, hasta ahora la respuesta dada por las instituciones europeas ha sido insuficiente, algo que analizaremos con detenimiento en el próximo artículo dedicado a la gestión europea de la pandemia.
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